lunes, enero 23, 2006

 

Cabeza de familia: culturadevideoclub.avi


La factoría Full Moon, con Charles Band a la cabeza, es la encargada de nutrir los videoclubs de la más variopinta variedad de basura fílmica. Este tipo de producto, en nuestra época, ha pasado a formar parte de una serie de paquetes, los cuales se venden prácticamente a peso a las plataformas de televisión digital. De esta forma, la aún activa productora, nutre horas y horas de canales del estilo de Calle 13 o Canal 18. De esta forma podemos decir que el concepto de videoclub permanece, en tanto en cuanto producción de bajo coste y rápida distribución. Y Cabeza de familia es una de tantas de esas películas producidas casi directamente para la televisión por la Full Moon. La televisión funciona como gran inversor del cine que tanto nos gusta, un cine (generalmente americano) que se aleja del romántico concepto del videoclub y se acerca al más industrial de la televisión. Este tipo de películas acercan más al género a las películas del estilo "Basado en hechos reales", tan generalizadas en televisión. El género se adapta a un nuevo formato que requiere unas nuevas formas de producción. Unas formas de producción que premian el producto perecedero, de consumo rápido e intermitente frente a la mitología clásica del videoclub. El producto película pierde su peso social, su aura de mitología que potenciaba el propio valor de la película. Frente a la película de videoclub clásico, la película de televisión pierde misticismo y se encajona en las paredes de una parrilla de programación que empalma hora y media de género con otra hora y media. El género pierde peso como tal. Y eso es lo que le está pasando a las películas de la Full Moon. Películas que cuentan con una producción televisiva en exceso y genera híbridos misteriosos como Cabeza de familia. Y pensemos que es una película especial, pues al estar dirigida por el mismísimo Charles Band (bajo el pseudónimo de Robert Talbolt), los elementos que caracterizan la producción Full Moon están completamente presentes. Debemos tener en cuenta que la filmografía de Charles Band como director es bastante reducida, en relación con la cantidad ingente de películas producidas. Una película que no puede denominarse terror, aunque el envoltorio así lo prometa. Se trataría más de una película de mafiosos deformes, como si de la excelente Los Soprano se tratara. La película como tal es decente, realmente pasable, pero claramente desubicada. El personaje que da título a la película es una especie de Tony Soprano freak, con aires de gentleman inglés, pero vicios de un irlandés borracho (escena de lametón tetil incluida). El género de terror que tantas alegrías ha dado a los aficionados de la Full Moon (con películas como Ghoulies, Subspecies o Puppet Master) da paso a una hibridación televisiva. Los videoclubs de barrio iniciaron su ocaso a mediados de los noventa. La televisión de pago ha recogido el testigo y como vemos, las productoras de serie b son conscientes de ello. Estos nuevos videoclubs televisivos han demostrado no ser una alternativa válida para la esencia de la cultura de videoclub. Productos como Cabeza de familia lo demuestran. ¿Dónde se encuentra el testigo de esa cultura, en la que el espectador (socio) era a su vez generador de mitos y fracasos? Fangoria por su parte confía en el mercado del DVD como alternativa, otros en cambio ven en Internet una especie de videoclub universal (con portales como abandomoviez o páginas de visionado de películas). También está la alternativa de la televisión a la carta. Pero la cultura de videoclub se nos escapa de las manos poco a poco. El concepto empieza a formar parte de una memoria colectiva, sepultado por la ingente cantidad de títulos entre los que se mueve cualquier aficionado actualmente. Devolver el valor mítico (casi místico) a la película es el camino. Un valor que debe sortear las sendas del marketing y recorrer las complejas grietas de la imaginación. Valorar las películas no por lo que ocupan en el disco duro, sino por factores más evocadores como la carátula, la sinopsis o incluso el propio título. Detengámonos y pensemos que la cultura de videoclub debe ser algo más que el nombre de un fichero con extensión .avi.

Enlace: IMDb

Comments:
El sábado fui al corte inglés, dos veces al año hacen una oferta de dvds, si compras 3, te rebajan el 35%. No compré nada, pero entre los saldos a 5 euros, tenían esta peli.
 
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