miércoles, enero 18, 2006

 

La revancha de los novatos 2: nerds y bikinis


El cine ha demostrado en innumerables ocasiones su capacidad de generar modelos de conducta. Modelos que, como James Dean, eran asumidos por cientos de adolescentes que se identificaban plenamente con sus creencias y actitudes hacia la vida. Es un medio en que lo representado ejerce una presión invisible en el observador. A base de un pequeño goteo, ciertas actitudes, formas de conducta o formas de ver la vida, se van asumiendo como propios de la cultura cuando nos son completamente (a veces no tanto) ajenos. Un subgénero que ha ejercido una especial presión en el imaginario social colectivo es de las películas de universitarios. Herederas de una cosmovisión del individuo bastante distinta a la nuestra, estas películas siempre han tenido un fuerte peso en la sociedad americana. Al fin y al cabo la concepción de la vida universitaria está más ligada a la concepción de maduración del individuo (de ahí el usual alejamiento de los padres) frente a la visión de cuna de la intelectualidad más europea y francesa. La universidad es un paso necesario, un paso que (como el servicio militar hace bastantes años en España) une a distintas generaciones. Son conceptos muy arraigados a una sociedad y que, por arte y gracia del cine, hemos asumido como normales. Conceptos como fraternidad o nerds están perfectamente asumidos en nuestra cotidianidad. Cientos son las películas que giran alrededor de estos temas, desde la más cercana American Pie (Paul Weitz, 1999), Desmadre a la americana (John Landis, 1978), hasta la mítica Porky’s (Bob Clark, 1982); la vida universitaria americana (por no hablar de la vida en los institutos) ha ido generando un subgénero propio. Estas películas contienen elementos que tienden generalmente a la monotonía y le repetición de clichés continuamente. El rector cabrón, los empollones, las fiestas de las hermandades y sobre todo, universitarios cachondos. Cientos de títulos se han rodado sin eliminar ninguno de estos elementos y manteniendo un género perpetuo. Con La revancha de los novatos se reafirmaba el estándar, aunque dándole la vuelta y viéndolo desde el punto de vista de los empollones (nerds). La clásica trama de David contra Goliat. Como veis, la innovación es mínima, pues crearán su propia fraternidad, competirán con otras hermandades, se verán obstaculizados por el rector cabrón y estarán rodeados de rubias pechugonas. Lo de siempre. Pero a pesar de eso tienen algo que fascina y las convertía en un éxito seguro en tu videoclub. Y como todo lo que triunfa en el videoclub es como los salchichones, que siempre vienen en ristra, no podía ser menos con La revancha de los novatos. Tres años después de la exitosa primera parte apareció La revancha de los novatos 2: nerds in paradise. En este caso no contaban con Anthony Edwards (ER Urgencias), pero sí con el incombustible Robert "nosoyRickMoranis" Carradine (quien se mantuvo fiel a la serie hasta Revenge of the nerds IV: nerds in love). Esta secuela va más allá del concepto de películas de universitarios y lo lleva a una nueva frontera: fusionarla con las películas de jóvenes cachondos de vacaciones donde hay titis en bikini por todas partes (como Bikini Summer, 1991). Pero el resultado no puede ser más desastroso. La película está coja constantemente, carente de recursos con los que cuenta el género para crear comedia. Es un intento continuo y agonizante de alargar, "evolucionar" un género con las miras tan cortas. Los personajes, de tanto valor y humor en el campus, se diluyen como un azucarillo entre tanto bikini y dominga suelta. Y si encima son unos nerds en bañador, la cuestión se va de madre. Dicen que en la experimentación y en la hibridación de géneros está la clave del cine postmoderno. Otros en cambio dicen que el cine postmoderno apesta. En cambio, hay cuestiones cinematográficas que no cambiarán de postura. Mientras haya universidades y hermandades seguirá habiendo películas como La revancha de los novatos (como ejemplo el reciente remake de Porky’s). Al fin y al cabo, todos llevamos un pequeño nerd dentro de nuestro corazón.

Enlaces: IMDb

Comments:
El problema es el género cinematográfico en sí. Disfrazar de realismo social este tipo dep elículas logran que un tipo como Bush (Dios le tenga pronto en su gloria) llegue a presidente de ese país. A las seudo mentes (claenturientas, evidentemente) que les gusta este tipo de películas puede quedarles el trastorno de considerar que debemos ser así de jóvenes y que las mujeres son un par de bufas que andan y botan. Otra cosa es que podamos llegar a la conclusión de que efectivamente eso es así con argumentos científicos basados en la obervación, pero así a priori, pues como que no.

Por cierto tío, que es un nerd?

Espero que sepas perdonar mi incultura frek. Es que los intelectuales es lo que tenemos. Que follamos menos también
 
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