miércoles, enero 04, 2006

 

'Manos' The hands of fate (I)


Mi primera reseña va dedicada, cómo no, a una de las películas más cutres de la historia del cine. Por todos es conocida la corriente que a raíz del biopic de Tim Burton sobre la vida de Ed Wood se generó alrededor del cine de baja calidad. "Manos" está en esa onda de serie z americana, donde el bajo presupuesto se tapa con buenas intenciones. Las intenciones de "Manos" son gloriosas. La película es el disparatado fruto de la imaginación de Harold P. Warren, vendedor de productos de abono allá por Texas. Cargado con un equipo de amigos y una cámara que sólo grababa 30 segundos seguidos, el bueno de Warren emprende el difícil viaje de realizar un largometraje. Definir la película es difícil, es una mezcla de cutrez visual, actuaciones delirantes y una trama lamentable. La dificultad viene al medir lo que hay de añadido en la película. Ese material no visible, un ambiente, un clima... una compenetración directa que crea con el espectador. La historia de "Manos" no es como la de cualquier otra película, sino que es puro cine posmoderno: la película se trasciende a sí misma. Cuando hablamos de "Manos", se habla de otras cosas: del absurdo, de la tragedia del equipo (tres se suicidaron antes del estreno), de su falta de respeto por cualquier tipo de lenguaje audiovisual... Por eso "Manos" funciona como genial representación del cine que podemos denominar basura, un cine que aborda al espectador de forma violenta, agresiva. Violan nuestro sentido de la vista para sacudir nuestra idea de cine. Y en este sentido, "Manos" es una auténtica patada en los cojones. No dejamos de entrar y salir constantemente en sus imágenes. Nos las tomamos a risa, pero también vemos en los ojos de Warren (que para colmo protagoniza la cinta) un reflejo del propio espectador. El diálogo entre director y espectador es involuntariamente genial. Los largos planos de un retrovisor que refleja el desierto no estarían muy lejos de las visiones pausadas de Antonioni, Bergman o Kitano, pero no busca la realidad como aquellos, sino que busca el cine. Y aquí entraría la eterna discusión alrededor de cine y realidad. "Manos" emplea una realidad empaquetada, completamente fílmica, pero a la vez tangible. No vemos una historia, sino unos chalados grabando una película. ¿Es "Manos" un documental? ¿Lo visionamos como tal? Son estos detalles los que hacen grande a esta película. Repito, el mismo Antonioni habría puesto su firma sin dudarlo. Porque en el fondo "Manos" no es una película de invocaciones, familias perdidas o una pareja que se enrolla plácidamente en mitad del desierto; "Manos" es una puesta en duda del propio cine para poderse liberar, una crisis del espectador frente a la pantalla, una transición del cine moderno al posmoderno (y más allá). Un mundo en que ficción y realidad realizan un combate de boxeo, donde el espectador es noqueado en el último asalto. Una joya de obligada visión.

Nota: Para mayor información acerca de la película, sus errores, su rodaje, etc.: http://www.agonybooth.com/manos

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